Texto EBAU
26
de marzo de 2017. ‘Qué no es una sociedad libre’
Javier Marías (EL País)
Periódicamente, uno
llega a la conclusión de que a buena parte de los españoles no les gustan la
democracia ni las sociedades libres (o lo que se conoce como tales,
inexactamente). Es más, les parecen un estorbo, un engorro, una atadura. Si
bien se piensa, no tiene demasiado de extraño, dada nuestra trayectoria
histórica y dado de dónde salimos hace unos cuarenta años. España sigue llena
de admiradores de Franco, y lo peor es que los hay en casi todos los partidos,
sean de derechas, de izquierdas, nacionalistas, o demagógicos y totalitarios
(lo que ahora se llama benévolamente “populistas”). Unos dicen odiarlo, a
Franco, pero no dejan de imitarlo y por lo tanto de admirarlo. Por no hablar de
otras figuras, pasadas y actuales, que también se le parecen. Hoy descuellan
Putin, Erdogan, Trump, Orbán, Szydla y Maduro, por ceñirnos a los que tienen el
poder en sus manos
He dicho “buena
parte de los españoles”. Los líderes son unos pocos, sin embargo. Pero a ellos
hay que añadir a muchos de los militantes de los respectivos partidos y a no
pocos de sus electores, que con sus votos los aplauden y procuran que manden.
El número, así, crece insospechadamente. El PP sabemos hace mucho que es
escasamente democrático: lo demuestra con creces cada vez que obtiene mayoría absoluta
e impone leyes sin discutirlas con nadie y en contra de los ciudadanos. La ley
mordazay la conversión de TVE en una fábrica de propaganda (o, en su
defecto, en una grotesca página de sucesos) son sólo un par de pruebas
fehacientes. ERC, PDECat y la CUP son formaciones con vocación absolutista,
dispuestas a dar golpes de Estado encubiertos y a imponer su voluntad sin
mayoría a todos los catalanes: sus triquiñuelas y su uso de TV-3 y demás medios
públicos superan la manipulación del PP, si ello es posible. De Bildu y
similares no hablemos, nunca han ocultado sus simpatías por los métodos
violentos para doblegar a quienes no están de acuerdo con ellos.
Ahora ha salido a
la luz algo sabido hace tiempo por cuantos escribimos en prensa: la petición de
amparo de la Asociación de la Prensa de Madrid ante los ataques e
intimidaciones por parte de Podemos y sus acólitos orquestados. No sé si, como
afirma la APM, provienen de sus dirigentes. Lo que es de sobra conocido es que,
persona que critica a ese partido, persona objeto de difamación e insultos
concertados en las redes sociales. Dejemos de lado a esos líderes, que han
alegado no poder controlar a sus militantes más fanáticos. De los partidos
también revela mucho su clase de militantes o forofos, porque de ellos saldrán
los mandatarios y cargos futuros. Pero es que además Pablo Iglesias pone en
cuestión la libertad de prensa “porque a la prensa nadie la ha elegido” (cito
de memoria). Veamos. En una sociedad libre y democrática se eligen los
gobernantes, nada más, y no se les extiende un cheque en blanco por ello. Sólo
en las totalitarias (ya lo expresa la palabra) esos elegidos o golpistas, según
el caso, invaden hasta el último rincón y lo regulan todo, sin
permitir que nada escape a su vara. Se empieza por decidir quiénes pueden
fundar un periódico o tener una emisora, después quiénes pueden escribir o
hablar en ellos, más tarde quiénes pueden hacer películas o escribir novelas, y
se acaba por señalar quiénes pueden abrir una tienda o un bar o sentarse en los
bancos de los parques. Más o menos lo que hemos visto hacer en películas y
series a las diferentes mafias, desde los Soprano hasta la Camorra, que, como
recordarán sus espectadores, dan o niegan la venia hasta para limpiar la
hojarasca de “sus” barrios. Que hay y ha habido Gobiernos que se comportan como
mafias, tenemos cuantiosas muestras fuera de las ficciones. Eso sí, encima
tratan de legitimarse porque “han sido elegidos” o “aclamados”. Como si eso
bastara para actuar a su antojo y controlarlo todo. Los
totalitarios se amparan a menudo en lo que llaman “democracia directa”, a base
de consultas, referendos y plebiscitos. Del timo que esto supone numerosas
veces, habrá que hablar otro día, con el ejemplo flagrante de los convocados
por el Ayuntamiento de Madrid con un cinismo sonrojante y no muy distinto del
de los regidores del PP anteriores. Del adversario ideológico también se
aprende, cuando éste es hábil y queda impune. Lo mismo que han aprendido de
Franco sus aventajados alumnos de Junts pel Sí: fue Franco quien inventó –en
tiempos recientes y en nuestro territorio– que quien lo atacara a él atacaba a
la patria.
Va siendo hora de
que los españoles que sí quieren una sociedad libre y democrática, en la que no
haya que mostrar adhesión paratodo, se den cuenta de que la que hemos
tenido durante los últimos cuarenta años (tan imperfecta y frustrante como
quieran) está amenazada por demasiados flancos. Cruzarse de brazos supone
allanarles el camino a los amenazantes. Ustedes verán qué hacen y qué votan, a la
próxima. Ustedes verán si hacen algo, o no hacen nada.
Comentario
RESUMEN: Javier Marías, nos dice que
periódicamente le asalta la idea de que a los españoles no les gustan la
democracia y las sociedades libres. Pareciera que los españoles echaran de
menos a Franco o a algún otro líder actual que pudiera parecerse, como el líder
ruso, el venezolano, o el turco.
Luego
enumera partidos, seguidores y votantes de las distintas formaciones políticas,
PP, partidos nacionalistas o partidos totalitarios (populistas) y va enumerando
sus “hazañas” manipuladoras, pretendiendo regularlo todo.
Alerta por tanto al lector “Ustedes verán qué hacen y a quién votan”
Alerta por tanto al lector “Ustedes verán qué hacen y a quién votan”
COMENTARIO
CRÍTICO.-Javier
Marías, novelista y ensayista actual –hijo del filósofo Julián Marías-
manifiesta como cada domingo en El PAÍS los aspectos de la realidad española que no le
agradan.
Sobre
todo trata aspectos de ciudadanía, la escasa madurez democrática de los
ciudadanos, el afán de hacerse ver, de molestar en las calles, de imponer
normas a los ciudadanos, de querer legalizarlo y controlarlo todo, tomando al
ciudadano como “un ciudadano menor de edad”, ha criticado en sus artículos la
bullanguería de nuestras calles y plazas, la falta de urbanidad de la gente,
sus modales, su escaso poder de decisión y su reiteración en las urnas por
votar candidatos que no se preocupan por educar a sus ciudadanos, pero también
–repito- la escasa concienciación de estos.
Por
tanto no me sorprende el artículo. En estos pensadores vamos a buscar los
lectores, apoyos y fundamentos, ellos escriben sus artículos para abrir los ojos
a los ciudadanos y, en este caso, es clarísimo que al final, tras haber
analizado el panorama de los partidos políticos en España, le deja caer al
lector, que cuando vote, vote teniendo en cuenta todo esto y no dejemos
arrastrarnos hacia una sociedad totalitaria, tal y como la tuvimos en el pasado
o tal y como la tienen otros países ahora mismo.
TIPOLOGÍA DEL
TEXTO: El título
del texto parecería que nos invitaba a leer la definición de qué es una
sociedad sin libertad y que enumerara premisas y características. Sin embargo,
el autor comienza exponiendo una conclusión suya, que a la vez –al utilizar el
pronombre indefinido UNO- podría aplicarse cualquier lector de su filiación.
Esta conclusión es que a buena
parte de los españoles no nos gustan las sociedades democráticas, y esto lo
arrastramos de nuestra historia reciente. Expuesta la tesis en el primer
párrafo, el autor empieza a analizar sus razones, expone sus argumentos, el
texto es por tanto DEDUCTIVO, enumera los partidos y va diciendo sus defectos
antidemocráticos. Pareciera que lo hace de menos a más, desde el PP hasta
Podemos y su afán controlador.
Será en el último párrafo donde aparezca el título e invita a los españoles a que si quieren una sociedad democrática y libre, que se den cuenta que la Democracia está amenazada por la actuación de todos estos partidos, curiosamente no se ha mostrado animadversión hacia el PSOE, al que tal vez nuestro pensador dé por democrático.
Es
por tanto un Texto Expositivo de las flaquezas de nuestra democracia,
claro que al exponer su visión también enjuicia y valora, por tanto
argumenta, lo hace en forma de análisis, para ello enumera acciones o
compara el pasado y el presente o nuestra sociedad con otros países.
Utiliza una tercera persona indefinida, tal vez no queriendo
personalizar con la primera, y mantenerse más objetivo y al lector lo pluraliza
en un Ustedes respetuoso: La función que predomina es apelativa,
pero light, “El PP sabemos…, dejemos de lado a esos líderes…Ustedes verán…”
Sus conectores: son temporales y lógicos, encabezan los párrafos: "Periódicamente / he dicho / Ahora / Va siendo hora" que cohesionan y disponen el texto hacia el momento actual.
Sus conectores: son temporales y lógicos, encabezan los párrafos: "Periódicamente / he dicho / Ahora / Va siendo hora" que cohesionan y disponen el texto hacia el momento actual.
El
léxico se mueve,
claro es, en este terreno semántico: sociedades libres, partidos, militantes,
totalitarismos, ley mordaza, mandatarios, gobernantes, democracia directa, etc.
En un contrabalanceo de libertad/no libertad.
ANÁLISIS
SINTÁCTICO: “El
PP sabemos hace mucho que es escasamente democrático: lo demuestra
con creces cada vez que obtiene mayoría absoluta”
Cuatro
proposiciones:
1ª
Sabemos hace mucho esto*
2ª
*que el PP es escasamente democrático
3ª
Lo demuestra con creces *con su mayoría absoluta*
4ª
Cada vez que obtiene mayoría absoluta
Vemos
que entre la 1ª y la 2ª existe una relación de subordinación: la segunda es una
P Sub. sustantiva Que hace de CD de la 1ª. Esta principal es por tanto predicativa
transitiva (carece de sujeto expreso, nosotros), la subordinada (2ª) es
atributiva, el PP es el SNS; el SV se compone del N es, y el S.Adj escasamente
democrático que es atributo.
Entre
la 3ª y la 4ª vemos que hay de nuevo una relación de subordinación, esta vez la
4ª es S.adverbial de esta proposición tercera, en principio podría entenderse como una
circunstancia de tiempo, pero también podríamos tomarlo como una circunstancia
condicional (siempre que, si…) La Oración principal 3ª predicativa transitiva, Núcleo del S.V: demuestra, siendo su CD el pronombre lo (anafórico), y un S.Prep. CCModo: con creces; el sujeto es tb. el sujeto de la 2ª: el PP.
La
4ª introducida por la locución temporal (o condic.)cada vez que y el sujeto
vuelve a ser el de la 2ª y 3ª prop. El SV tiene su núcleo obtiene, y su SNCD: mayoría absoluta.
Entre
las dos primeras oraciones y las dos segundas hay dos puntos, por tanto las
oraciones son Yuxtapuestas, pero semánticamente podríamos entenderlas como unas
oraciones coordinadas explicativas, los dos puntos equivalen a o sea, es decir.
Pero también podríamos pensar que subyace una subordinación causal (porque…).
DEFINE:
Grotesca: adjetivo con variación de gén/nº, en este caso es fem/sg. Alude a una acción o a algo que tiene una apariencia rara, inusual, con tintes ridículos, a veces insolentes. Carnavalesca, esperpéntica.
Grotesca: adjetivo con variación de gén/nº, en este caso es fem/sg. Alude a una acción o a algo que tiene una apariencia rara, inusual, con tintes ridículos, a veces insolentes. Carnavalesca, esperpéntica.
Allanarles:
forma verbal en
infinitivo que tiene un pronombre enclítico de tercera persona. Se trata del
verbo allanar, 1ª conjugación, hacer llano o fácil algo, bien algo concreto “un
camino” bien algo más abstracto “una negociación”. El pronombre alude a un C.
Indirecto como es propio del Prn. Les.
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