EL TEATRO ESPAÑOL DESDE LA POSGUERRA .
Al
terminar la Guerra Civil el teatro español había perdido a los
autores más
innovadores
de la época inmediatamente anterior, como Valle-Inclán,
Lorca o Unamuno.
Otros
muchos estaban en el exilio: Max
Aub, Alberti y Alejandro Casona,
cuyas obras no serán
conocidas
hasta muchos años después por el público español.
Mientras
en los escenarios europeos se representaban obras muy novedosas (el
teatro
épico-colectivo
de Bertold
Brecht o
el “teatro del absurdo” de Eugène
Ionesco y Samuel
Beckett),
la escena española estaba invadida por un teatro burgués
convencional destinado a
entretener
a un público mayoritariamente conservador.
Por
otra parte, la censura impedía estrenar obras que supusieran
el mínimo atentado
contra
los valores sociales o morales establecidos. Así seguirá el
panorama hasta 1949, año del
estreno
de Historia
de una escalera,
de Buero
Vallejo,
que inicia un camino hacia la
renovación.
1.El
teatro de la inmediata posguerra.
En
la posguerra se representan en los teatros de las ciudades piezas
escritas para el público burgués.
Este
tipo de teatro acoge una larga nómina de dramaturgos (Joaquín
Calvo Sotelo, José López Rubio, Juan Ignacio Luca de Tena...).
cuyos estrenos se convierten en acontecimientos sociales.
Se
puede decir que este teatro continúa en la línea de la comedia
de salón de
principios de siglo: diálogos fluidos, sorpresas bien calculadas,
personajes de clase media sin problemas económicos y asuntos que se
repiten: enredos amorosos, aparentes infidelidades o conflictos entre
padres e hijos.
Entre
los tipos de
obras que
se representan, destacamos las siguientes:
• La
comedia de
enredo,
el género por excelencia de este tipo de teatro. Lo representa en
todos
sus rasgos JOSÉ
LÓPEZ RUBIO, premio
nacional de Teatro en 1954. Todos sus estrenos (Celos
del aire, La otra orilla, La venda en los ojos)
fueron un gran éxito de taquilla.
.
Comedia
burguesa,
de aparente replanteamiento de códigos y valores, J.Calvo
Sotelo (La
Muralla)
• Las
obras de tema
histórico de
LUCA DE TENA:
¿Dónde
vas, Alfonso XII?.
• El
humor absurdo, de JARDIEL PONCELA y MIGUEL MIHURA, que
practican una comedia de humor bastante innovadora, en la que
integran lo
inverosímil y lo absurdo con
un lenguaje irónico y crítico con las convenciones burguesas.
Jardiel Poncela
tiene
como base de su teatro la inverosimilitud y lo fantástico para
presentar una caricatura de la sociedad. Así sucede en Eloísa
está debajo de un almendro (1940)
o Los
habitantes de la casa deshabitada (1942).
Miguel
Mihura ya
rompió los esquemas del teatro cómico en 1932, escribiendo Tres
sombreros de copa,
que no se estrenaría hasta 1952. En esta y otra piezas teatrales,
Mihura se burla de los tópicos, de la vida burguesa, la autoridad y
las normas sociales mediante una comedia disparatada, irónica y
exagerada,
pese
a su desenlace pesimista.
2.El
teatro existencial y del realismo social.
Entre
las décadas de los cincuenta y los setenta se sitúan tres autores
que llevan al teatro las angustias de la condición humana, el
compromiso, la denuncia ante la injusticia y la lucha por la
libertad: Antonio Buero Vallejo, Alfonso
Sastre y Antonio Gala.
ANTONIO
BUERO VALLEJO resume
en la evolución de su obra la trayectoria del teatro español
después de la guerra, ya que sus dramas han ido adaptándose a las
distintas corrientes del
teatro de este siglo.
Todas
sus piezas indagan sobre la
condición humana. Sus
personajes viven en un eterno
interrogante pero apoyados en la esperanza. Recupera para el
teatro la “catarsis” de la tragedia
clásica: sus obras conmueven al espectador y le obligan a tomar
conciencia de lo que vive.
Su
obra discurre por varias
etapas:
Historia
de una escalera (1949)
es una pieza existencial,
ya que presenta un mundo gris de vecinos (personaje colectivo) cuyas
vidas llenas de
fracasos están marcadas por la frustración. En la misma línea
escribe En
la ardiente oscuridad
(donde utiliza la ceguera de
modo simbólico), también lo hará más tarde en El
concierto de San Ovidio.
En
las dos décadas siguientes, se apunta al teatro social. Denuncia la miseria,
la opresión, la explotación humana, la falta de libertad y el abuso
de poder en obras como:
El
concierto de San Ovidio, El tragaluz, Las meninas . Con
sus obras posteriores a los setenta el teatro de Buero siguió
obteniendo grandes éxitos de público (La
Fundación)
El
teatro de ALFONSO
SASTRE se
caracteriza principalmente por una actitud de denuncia
social,
acompañada por intentos de renovación de técnicas dramáticas.
Fundó un grupo
de teatro experimental que llamó Arte
Nuevo y
que derivó más tarde en T.A.S (Teatro de Agitación
Social) con el que representaba obras de Bertold Brecht y otros
autores europeos y americanos,
pero el proyecto no llegó a tener grandes éxitos.
Publicó
diversos artículos en los que expuso su teoría del teatro como un
arte social que
serviría para agitar las diversas esferas de la vida española.
Su
producción dramática es amplia
y aún no se han representado muchas de sus obras, ya que nunca
conectó totalmente con
el gusto del público, además de los grandes problemas de censura
que tuvo que sufrir.
Entre
sus dramas destacan Escuadra
hacia la muerte (1953),
una pieza antibelicista en la
que desarrolla el conflicto entre autoridad y libertad; y La
mordaza (1954)
en la que vuelve al
tema de la tiranía con un planteamiento parecido al de Lorca en
Bernarda
Alba.
En
esta época inicia también su andadura teatral ANTONIO
GALA,
que enlaza con la comedia
de salón y un teatro más existencial
y simbolista.
. La amplia obra teatral de Gala ha sido
más apreciada por su público que por parte de la crítica, la cual
encuentra dificultad a la hora
de clasificarla debido al carácter lírico y épico que el autor
imprime en su trabajo.
Entre
sus obras destacan Los
verdes campos del edén (1963),
Noviembre
y un poco de hierba
(1967);
en los setenta cultiva los dramas históricos, como Anillos
para una dama, sobre Dº Jimena y el Cid (1973)
Las
cítaras colgadas de los árboles (1974).
En los setenta destaca la comedia ¿Por
qué corres,Ulises?
(1975).
Otras obras suyas son El
cementerio de los pájaros (1982)
y Los
bellos durmientes,
sobre la juventud sin ideales.
3.El
teatro experimental y renovador (1968 –1975).
Poco
a poco, las innovaciones teatrales europeas llegan a España. Hacia
1970 se produce una renovación teatral
basada en el espectáculo, la escenografía y las técnicas
audiovisuales. Casi se destruye la acción y se utilizan la alegoría,
los símbolos y lo abstracto en escena. A este modo de representar se
le ha llamado “teatro subterráneo”. Son autores y grupos
disconformes con el sistema que pretenden llevar su protesta a través
del teatro.
Es
en esta etapa de renovación cuando surgen los grupos
de teatro independientes,
con montajes de espectáculos propios: el TEI
(Teatro
Experimental Independiente),
Tábano, La Cuadra(Sevilla)
y los grupos catalanes, muy numerosos: Els
Joglars, Els Comediants, Dagoll Dagom, Teatre Lliure y
La Fura dels
Baus.
Mención
aparte en esta línea merece la figura de FERNANDO
ARRABAL,
quien propuso una revolución total de la escena en la línea
vanguardista. Creó su llamado teatro
pánico,
estrenado siempre en Francia, con rasgos tomados del Surrealismo y
del Esperpento de Valle-Inclán. Sobresale una actitud de rebeldía
ante lo que el autor considera lo absurdo y la sinrazón del mundo.
Entre sus obras destacan El
cementerio de automóviles, Pic-nic y Róbame un billoncito.
O
el Teatro de Francisco Nieva, Teatro Furioso, de la crónica y la
farsa, critica
la moral represiva: Nosferatu
4.El
teatro desde 1975.
La
restauración de las libertades democráticas a partir de 1975
posibilitó la llegada a los
escenarios de buena parte del teatro que había permanecido
soterrado, invisible. Nos encontraremos
en estos años y en la actualidad con una gran
diversidad de tendencias,
lo mismo que pasaba en la Poesía o en la Narrativa, y por supuesto
conviven diversas generaciones de autores.
En esta etapa es crucial el apoyo estatal para el sostenimiento de la Compañía Nacional de teatro y de apoyo a las compañías de Teatro Independiente, así como la creación de festivales y premios literarios.
Veamos algunas de las más significativas:
• Obras
de técnica vanguardista que
continúan las experimentaciones del período anterior.
En esta tendencia destacan Francisco Nieva, Fernando Arrabal y los
Grupos
de
Teatro Independientes (Els
Joglars, Els Comediants, La fura dels Baus, La cubana,
Esperpento-Mediodía,
Dagoll-Dagom, Teatro de La Abadía, La Cuadra,
etc.).
• Obras
de técnica y orientación realista.
Tenemos, por un lado, obras de tema histórico y
contenido crítico, como ¡Ay,
Carmela! (1987)
de JOSÉ
SANCHÍS SINISTERRA o
Las bicicletas
son para el verano,
de FERNANDO FERNÁN GÓMEZ,
frente a otras obras de corte
más comercial que continúan las formas de la comedia de salón,
aunque adaptadas
a los nuevos tiempos. Entre otros autores, podemos destacar a FERMÍNCABAL
que
tuvo gran éxito con Tú
estás loco, Briones (1978).
• La
comedia de costumbres, donde
destaca JOSÉ
LUIS ALONSO DE SANTOS,
ambientada
en la ciudad moderna con los problemas que en ella se encuentran:
paro, delincuencia,
droga, como La
estanquera de Vallecas (1980)
y Bajarse
al moro (1984)
• Y,
por supuesto, seguimos contando con las nuevas
obras de autores ya consagrados:
Buero
Vallejo- ya fallecido-, Sastre o Antonio Gala, por ejemplo que se han
ido adaptando
a las nuevas tendencias y a los nuevos problemas de nuestra sociedad.
Una
constante del teatro en la actualidad es que ya nada tiene en común
con el teatro de
cámara: se ha olvidado de los vestuarios elaborados, de las pelucas,
del maquillaje y de las escenografías
que intentaban ser realistas. La
escena contemporánea ya no intenta retratar la realidad
sino ser, en sí misma, una realidad alternativa.
La imaginación de los espectadores es más
importante que nunca, pues la austeridad de elementos escenográficos
es compensada con
diferentes formatos auditivos y visuales.
Este resumen es correlato de la entrada del teatro de postguerra del blog del IES Norba de Cáceres.
En el siguiente enlace podéis ver fragmentos de obras de teatro de Miguel Mihura, Sastre, Buero Vallejo.