martes, 5 de noviembre de 2013

La Poesía española en el primer tercio del siglo XX


La Poesía española en el primer tercio del de S.XX

Este es el título del tema II del actual temario de las PAU

En los primeros treinta años del S.XX tendríamos la llegada del Modernismo a España, a través del maestro Rubén Darío, la acogida del Modernismo por parte de poetas como Salvador Rueda, Antonio Machado, su hermano Manuel, Juan Ramón Jiménez, etc.

También en esta etapa podría hablarse de una poesía regionalista y algo costumbrista, el caso de Salvador Rueda (la misma fase se está dando en poetas locales -un Gabriel y Galán en Extremadura o de Vicente Molina en Murcia-); pero podríamos hablar de la poesía propiamente noventayochista de la segunda etapa de Machado o Unamuno, o también un poco más tarde la Poesía pura o esencialista de las distintas etapas de J.R Jiménez.

Y que también en los últimos años de la etapa llegan a España las Vanguardias europeas y comenzará su andadura la Generación del 27 (pero esto ya se propone como tema 4)

MODERNISMO

Rubén Darío es el que trae el Modernismo a España, él llega como embajador de las letras, a propósito del IV centenario del descubrimiento de América en 1898, más tarde residiría en París introducido en los círculos literarios por A. Sawa, y vivió dos décadas a caballo entre España y París como enviado del periódico de La Nación de B. Aires para el que escribía crónicas y como embajador de Nicaragua.

Su aportación a la Poesía española consiste en haber traído con su Poesía un movimiento que aunaba el Romanticismo español (lo que este tiene de otoñal y de melancolía), el exotismo americano con sus selvas, pájaros y su mundo exuberante de culturas ancestrales, y los movimientos artísticos franceses del Parnasianismo (mov. formalista que busca "el arte por el arte") y el Simbolismo que trata de desvelar lo que la realidad esconde a través de símbolos más inmediatos).

Siempre se habló de Rubén como persona carismática en la Poesía: sus versos alejandrinos, sus versos eneasílabos franceses, sus acentos marcados, su musicalidad, aprovechando acentos, palabras esdrújulas, cambios de rima, recursos literarios: encabalgamientos: ("Y sufrir por la sombra / y por..." del poema Lo fatal) o paralelismos, y aliteraciones, y no solo en los poemas mayores (ínclitas razas ubérrimas/ sangre de hispania fecunda....de Salutación del optimista), si no en las piezas en apariencia menores: las juguetonas de La Sonatina, ("está mudo el teclado de su clave sonoro", "con el ala aleve del leve abanico" de La marquesa Eulalia), o en las transcendentales Lo Fatal ("Y la carne que tienta con sus frescos racimos/ Y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos").

Se trata de un arte sensual, que aprovecha todos los recursos para halagar los sentidos:
  1. La vista, eligiendo adjetivos cromáticos (desde los colores más apagados -grises o blancos en Machado- hasta los colores más brillantes -cárdenos o púrpuras-)
  2. El oído, desde los sonidos más suaves hasta los más estridentes (está mudo el teclado/ con los staccati de una bailarina y las locas fugas de una colegiala/ la orquesta perlaba sus mágicas notas/ frases vagas y tenues suspiros/ la divina Eulalia ríe, ríe, ríe)
  3. El olfato (perfumes, esencias, aromas, fragancias de oriente (los nelumbos de oriente, de Occidente las dalias y las rosas del sur)
  4. El gusto (festivas fiestas, donde el licor y el champaña alegran el paladar)
  5. El tacto (los sedosos trajes, el blanco tersor del mármol florido)

Princesas, marquesas, fiestas paganas, versallescas, maestros mágicos, liróforos celestes, un mundo maravilloso, envolvente y cosmopolita, lleno de mitología, héroes aztecas o medievales, palacios o salones lujosos, que muestran su sensualidad, su juventud, su ansia de vida, su concepción panteísta de la naturaleza, un diletantismo elegante, que les permitía apartarse del realismo positivista que predominaba a finales del XIX. Todo ello resume la eterna protesta del artista contra el hombre práctico y romo, del soñador contra la tiranía de la riqueza servil.

Bien es verdad que nuestro modernismo peninsular fue menos brillante que el de Rubén: nos dejaron "las rosas fragantes, los jardines y el piano amoroso a la luz de la luna" de J.R.Jiménez; el ocaso machadiano ("Hacia un ocaso radiante/caminaba el sol de estío, y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante,/tras de los álamos verdes de las márgenes del río" de Soledades),sus "colinas plateadas y los grises alcores" de Soria, en los Campos de Castilla; la gracia, el donaire y la fivolidad de su hermano Machado, aunque unidas a sus seguiriyas gitanas, a sus malagueñas, que revierten al mundo andaluz.

Y hubo también un Modernismo en poetas que quedan hoy en segunda fila, un Villaespesa (El alto de los bohemios, Nocturnos del Generalife, que señalan su veta orientalista) o un Eduardo Marquina, el mismo Alejandro Sawa, personaje que flota entre la realidad y la ficción literaria que ya conocemos, fue insigne representante del mejor Modernismo bohemio, con su dosis de idealismo y malditismo (grandeza y miseria) a partes iguales.

El Modernismo, brillante, cosmopolita y exitoso durante las dos primeras décadas del siglo, comenzó a dar señales de agotamiento por los mismos años en que en Europa también la poesía, tomaba otros derroteros a los marcados por Rubén Darío.

Un famoso verso del poeta mejicano Ernesto González Martínez ("Tuércele el cuello al cisne de engañoso plumaje") anunciaba el cansancio que ya en 1911 el movimiento provocaba en América y constituye el banderazo de salida que, hacia 1920, cristalizará en la aparición de nuevas corrientes y una nueva pluralidad de voces poéticas.
Suele considerarse 1916, con la muerte de R.Darío el final del movimiento. En este mismo año publica también J. R. Jiménez su libro Diario de un Poeta reciencasado, que marcará para él y para la poesía española un cambio de rumbo ("del cisne al búho")

ANTONIO MACHADO RUIZ (SEVILLA,1875 / 22 Febrero COLLIURE, 1939)

A. Machado nació en el palacio de las Dueñas, perteneciente a la casa de Alba, pero que estaba alquilado a distintas familias, el palacio tenía un patio y un limonero, su padre trabajaba y leía poemas en el despacho que daba al patio, este será un recuerdo amoroso que acompañará siempre a Machado, de otra casa sevillana recuerda el olor de la albahaca de las macetas de su madre. Recuerdo triste el de su primera escuela: Recuerdo Infantil (http://sevilla.abc.es/Media/201109/24/palacioduenas4--644x362.jpg)


Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de lluvia tras los cristales.

Es la clase. En un cartel
se representa a Caín
fugitivo, y muerto Abel,
junto a una mancha carmín.

Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano

mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.

Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
«mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón».

Una tarde parda y fría
de invierno. Los colegiales
estudian. Monotonía
de la lluvia en los cristales






Su abuelo paterno Antonio Machado Núñez, era catedrático de Ciencias Naturales en la universidad sevillana (había estudiado en París y fue uno de los primeros que explicó la teoría de Darwin en España y editó algún libro: Catálogo metódico y razonado de los mamíferos de Andalucía). Krausista y gran amigo de Giner de los Ríos y de Fernando de Castro, juntos fundarían la Revista de Filosofía, Literatura y Ciencias. Antonio Machado Álvarez, su padre, fue folklorista (también lo había sido su tío, el erudito Agustín Durán), trabajó con dedicación para reunir el tesoro de las poesías, romances y canciones populares, sus dos hijos heredarían ese gusto, Manuel diría:

Hasta que el pueblo las canta,
las coplas, coplas no son,
y cuando las canta el pueblo,
ya nadie sabe el autor. (
Copla)

En 1883 la familia marchó toda a Madrid, y allí los hermanos asistieron a la Institución Libre de Enseñanza (ILE), cuyo fundador, Giner de los Ríos, era compañero de afanes e intereses por la educación española, tanto como el abuelo. La ILE (entonces en la calle Infantas, 22) representaría para Machado, su amor al trabajo, su conciencia social, la fe en la educación y en la liberalidad de las ideas. Actividad complementaria de los estudios son las numerosas excursiones que hacen los alumnos con sus profesores a pueblos y ciudades cercanas, a la sierra del Guadarrama, así como a los museos, fábricas, centros científicos, a
al Observatorio astronómico.

La muerte del padre en 1893, y la del abuelo en 1895, hicieron peligrar sus estudios. Los dos hermanos buscando un sustento para la familia realizan pequeños trabajos, colaboran en un Diccionario de ideas afines y elementos de tecnología, que dirige Eduardo Benot, al que dedicará luego Machado “Fantasía de una noche de Abril”–poema de Soledades, Antonio y Manuel siempre unidos leen y colaboran en la revista Vida Nueva, que saluda con Bienvenidas en 1898 a R. Darío cuando llega a España, pero como de la Poesía no se vive, viajarán a Paris para trabajar haciendo traducciones en la casa editora Garnier (que traducía clásicos), allí andarían con Baroja y conocieron a al poeta americano Òscar Wilde, regresan en 1899 y en Madrid reanuda sus tertulias literarias con , Valle-Inclán, Villaespesa, Benavente, Alejandro Sawa, Maeztu…todos ellos en la vanguardia de las letras y en lo que su hermano llamaría La guerra Literaria (libro publicado 1913)y que es una defensa del Modernismo y colaboraban en las revistas Electra y Revista Ibérica fundadas por Villaespesa, más tarde en la revista Helios.

Los hermanos Machado vuelven a Paris en 1902, trabajará en el Consulado, puesto que le ha proporcionado Ricardo Calvo (actor) amigo de los Machado, allí conoce a Rubén Darío (la poesía de Antonio es la de un filósofo estoico, dirá Rubén , sabe decir sus enseñanzas en frases hondas; su paradoja y su saeta siempre suavizadas de indulgencia).

Al volver a Madrid, de nuevo con sus amigos, conoce a Juan Ramón que está en el Sanatorio del Rosal, allí van a visitarlo: mientras Villaespesa defiende la lectura del Zaratustra de Nietzsche frente al Kempis, que entonces lee J.Ramón y le dice que salga con ellos a “beber Falerno y Chipre y a perseguir a las ninfas”, Antonio que observa el gesto crispado de dolor de J.Ramón mueve la cabeza con reprobación- Frente a la exquisita tristeza de J.Ramón la efusiva vulgaridad de Villaespesa, Juan Ramón les lee sus poemas y les firma ejemplares de su libro Arias Tristes. Uno de los Poemas de Soledades, Nocturno, está dedicado a J.Ramón, y este le dedicará un elogioso y certero comentario crítico al libro de Antonio cuando aparece en 1902, en El País. Entre ambos Poetas habrá siempre una profunda admiración y amistad (salvando distancias, recuérdese la anécdota del diario de Juan Guerrero –secretario de J.Ramón cuando un día visitan la casa de los Machado)

Los años 1904-5 significan para Antonio el fin de la dorada bohemia, en esos años publica Baroja La Lucha por la Vida; Azorín Las confesiones de un pequeño Filósofo, y Los Pueblos; Juan R. Jiménez Jardines Lejanos; Valle-Inclán Flor de Santidad; Unamuno Vida de D: Quijote y Sancho y R.Darío Cantos de Vida y Esperanza; en la librería de Viejo que tiene el editor Gregorio Pueyo, el editor del Modernismo, en la calle de Mesoneros Romanos, no falta nunca algún escritor charlando con él, proyectando nuevas ediciones. Machado proyecta editar su segunda edición o nuevo libro, de Soledades, Galerías y otros Poemas.

En 1907 se presenta a una cátedra de Francés, aprueba y se marcha al Instituto de Soria, allí se alojó en la Pensión de D. Isidro Martínez en la calle Collado, otros huéspedes eran un médico, otro catedrático y un delineante, hará amistad y dará largos paseos con el abad de la colegiata (arqueólogo e historiador) D.Santiago Gómez y con el periodista, José Mª Palacio.
Se enamoró de una hija de los dueños de la Pensión, Leonor, diecinueve años menor que él, la boda se celebró el 3 de Julio de 1909 “si la felicidad es algo posible y real-lo que a veces pienso- yo la identificaría mentalmente con los años de mi vida en Soria y con el amor de mi mujer, cuyo recuerdo constituye el fondo más sólido de mi espíritu” dirá más tarde desde Segovia.
En estos años de estancia en Soria es cuando se hace más honda su preocupación por España, que va a reflejarse desde entonces en su poesía y prosa (sobre todo en sus cartas a Unamuno desde Baeza), manifiesta un patriotismo diferente, que no mira al pasado ni a las viejas glorias, ya desvanecidas, sino que mira al presente y al porvenir.

En una nación pobre e ignorante mi patriotismo me impide adular a mis compatriotas, donde la mayoría de los hombres no tienen otra actividad que la necesaria para ganar el pan, o alguna más para conspirar contra el pan de su prójimo; en una nación casi analfabeta, donde la ciencia , la filosofía y el arte se desdeñan por superfluos, cuando no se persiguen por corruptores; en un pueblo sin ansias de renovarse ni respeto a la tradición de sus mayores; en esta España, tan querida y tan desdichada, que frunce el ceño o vuelve la espalda desdeñosa a los frutos de la cultura, decidme: el hombre que eleva su frente y su corazón a un ideal cualquiera, ¿no es un Hércules de alientos gigantescos cuyos hombros de atlante podrían sustentar montañas?” (Discurso de apertura en el Instituto, 1910). En sus paseos y excursiones conoce La Laguna Negra y sus leyendas y va elaborando el famoso romance de La Tierra de Alvargonzález.

Ese mismo año, 1910, viaja a París con Leonor, acude allí a un curso del filósofo H.Bergson, mientras trabaja en el poema de la tierra de Alvargonzález, que dedicará a Juan R- Jiménez; pero Leonor enferma y parece que es grave, los médicos aconsejan volver a Soria, al aire puro, Machado tendrá que recurrir a un préstamo de Rubén Darío para regresar a casa, se preocupará intensamente de Leonor y va escribiendo Campos de Castilla. En 1912 la enfermedad de Leonor se agrava, el 4 de Mayo escribirá el famoso poema “A un Olmo seco”:

Mi corazón espera
También, hacia la luz y hacia la vida,
Otro milagro de la primavera.
Pero el milagro no se produce y Leonor empeora cada día, en Junio llegan a Soria los primeros ejemplares de Campos de Castilla (edt. Renacimiento), recibe elogiosas críticas de Unamuno, Ortega, Azorín, José Mª Palacio, pero no le deslumbra, sigue pendiente de Leonor, que muere el 1 de agosto de 1912:

Una noche de verano
—estaba abierto el balcón
y la puerta de mi casa—
la muerte en mi casa entró.
Se fue acercando a su lecho
—ni siquiera me miró—,
con unos dedos muy finos,
algo muy tenue rompió.
Silenciosa y sin mirarme,
la muerte otra vez pasó
delante de mí. ¿Qué has hecho?
La muerte no respondió.
Mi niña quedó tranquila,
dolido mi corazón,
¡Ay, lo que la muerte ha roto
era un hilo entre los dos ¡

Grita de dolor en cuatro versos desolados:

Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.

En cartas a Juan Ramón y a Unamuno habla de su desesperación, pide traslado y se marcha a Baeza, desde allí recordará, volverá a despedirse de Soria:

                        Oh Soria, cuando miro los frescos naranjales
cargados de perfume, y el campo enverdecido,
abiertos los jazmines, maduros los trigales,
azules las montañas y el olivar florido;
Guadalquivir corriendo al mar entre vergeles;
y al sol de abril los huertos colmados de azucenas,
y los enjambres de oro, para libar sus mieles
dispersos en los campos, huir de sus colmenas;
yo sé la encina roja crujiendo en tus hogares,
barriendo el cierzo helado tu campo empedernido;
y en sierras agrias sueño ¡Urbión, sobre pinares!
¡Moncayo blanco, al cielo aragonés, erguido!

Y pienso: Primavera, como un escalofrío
irá a cruzar el alto solar del romancero,
ya verdearán de chopos las márgenes del río.

¿Dará sus verdes hojas el olmo aquel del Duero?

Tendrán los campanarios de Soria sus cigüeñas,
y la roqueda parda más de un zarzal en flor;
ya los rebaños blancos, por entre grises peñas,
hacia los altos prados conducirá el pastor.

¡Oh, en el azul, vosotras, viajeras golondrinas
que vais al joven Duero, rebaños de merinos,
con rumbo hacia las altas praderas numantinas,
por las cañadas hondas y al sol de los caminos
hayedos y pinares que cruza el ágil ciervo,
montañas, serrijones, lomazos, parameras,
en donde reina el águila, por donde busca el cuervo
su infecto expoliario; menudas sementeras
cual sayos cenicientos, casetas y majadas
entre desnuda roca, arroyos y hontanares
donde a la tarde beben las yuntas fatigadas,
dispersos huertecillos, humildes abejares!...

¡Adiós, tierra de Soria; adiós el alto llano
cercado de colinas y crestas militares,
alcores y roquedas del yermo castellano,
fantasmas de robledos y sombras de encinares!

En la desesperanza y en la melancolía
de tu recuerdo, Soria, mi corazón se abreva.

Tierra de alma, toda, hacia la tierra mía,
por los floridos valles, mi corazón te lleva.

Pero Machado no gusta de la ciudad, ni de sus gentes, ni de su pobreza espiritual, ni de su barbarie. En una carta a Unamuno le dirá: "aquí no se puede hacer nada, esta gente tienen el alma absolutamente impermeable”, pasa siete tristes años, dedicado al recuerdo de Leonor, a dar grandes paseos de Baeza a Úbeda, a leer, a meditar, a estudiar Filosofía.

De ahí arrancará su libro en Prosa Los complementarios, que atribuye al poeta y filósofo apócrifo Abel Martín. Todo es monotonía en aquel poblachón, un día hay un pequeño alto en el camino, 8 de junio de 1916, unos estudiantes de Granada visitan Baeza, se organiza una velada en el Casino, Machado lee poemas suyos y al piano acompaña un estudiante, F.García Lorca, que se atreve a decirle a D. Antonio, que a él le gusta la música y la Poesía-

Será en 1919 cuando pueda trasladarse a Segovia, ciudad donde vuelve a dar clases, vuelve a conocer el amor, con Pilar de Valderrama, musa que conoce en la tertulia literaria a la que acude, y que aparecerá en sus versos bajo el seudónimo de Guiomar.

Por ti la mar ensaya olas y espumas,
y el iris, sobre el monte, otros colores,
y el faisán de la aurora canto y plumas,
y el búho de Minerva ojos mayores.
Por ti, ¡oh Guiomar!...

Allí escribe más páginas de crítica (su amor por la novela rusa, Tolstoi, Dostoievsky…) ensayo, artículos de periódico, que de versos. Sigue escribiendo a Unamuno, a Juan Ramón, le envía Gerardo Diego su primer libro “El Romancero de la novia”. En 1924 publica él su otro libro Nuevas Canciones, hace con su hermano Manuel adaptaciones para el teatro, del Condenado por desconfiado de Tirso, el Hernani de V. Hugo y obras propias Juanillo Valcárcel y La Lola se va a los puertos, brindándosela a Guiomar.

Aquí en Segovia recibe la llegada de la República, y no duda en ser el primero en salir al Ayuntamiento a ondear su bandera (el 14 de Febrero, había presentado la conferencia de Ortega, Marañón y Pérez de Ayala para el mitin de la Asociación al Servicio de la República). En 1932 pasa a ocupar una cátedra en el Instituto Calderón de la Barca de Madrid, sigue con Manuel presentando obras teatrales, sigue viendo a Guiomar; a la tertulia de los hermanos Machado en el café Varela, acuden otros poetas, le va a ver Unamuno (allí le conoció Alberti).

En 1935 se adhiere al Comité Internacional de escritores para la defensa de la Cultura. En 1936 aparecen Sus Poesías Completas y su libro de Juan de Mairena, profesor apócrifo. Escribe para los periódicos. 

Mueren en ese año Valle-Inclán, Villaespesa, para ambos escribe artículos elogiosos, escribe “El crimen fue en Granada” a la muerte de Lorca. En nombre de la Alianza de intelectuales, es visitado por Alberti y León Felipe, para comunicarle la invitación del Gobierno republicano para que abandone la capital y se vaya a Valencia. Desde el pueblecito de Rocafort seguirá, muy decaído, escribiendo artículos por la paz y a favor de la República y el entendimiento del pueblo español.

En el II Congreso Internacional de escritores y en un mitin a las juventudes socialistas, confiesa su escasa simpatía por la doctrina marxista aunque declara la necesidad y la justicia del Socialismo: “Tal vez porque soy demasiado romántico, por el influjo, acaso, de una educación demasiado idealista, me falta simpatía por la idea central del marxismo: me resisto a creer que el factor económico, cuya enorme importancia no desconozco, sea el más esencial de la vida humana y el gran motor de la historia”

En Abril de 1938, la familia Machado decide trasladarse a Barcelona, decaído físicamente, pero no mentalmente, escribe un lúcido prólogo a La Corte de los Milagros de Valle-I. Escribe, lee a los clásicos, El Quijote, Tolstoi. 

El 22 de Enero de 1939 varios coches de la dirección de Sanidad, en uno de los cuales iba la Familia Machado(él, su madre, su hermano José, el pintor, y su cuñada) salen por la frontera, alojados en una Masía (con Corpus Vargas entre otros), reanudaron su lenta marcha hacia la frontera, el día 28 se formó un tapón y a eso de media noche hubo que abandonar los coches para pasar la frontera a pie, el poeta sufría, viendo a su madre anciana bajo la lluvia. En la estación de Cerbère pasaron la primera noche en Francia en un vagón detenido en una vía muerta. Machado no quiso ir a París, desde donde se le ofrecía ayuda para él y su familia, prefirió el pueblo de Colliure, junto al mar, se alojaron en el Hotel Bougnol-Quintana. 

Allí el 22 de Febrero moriría Antonio Machado y su madre tres días más tarde. En el bolsillo de su chaqueta, se encontró escrito un último verso: “Estos días azules y este sol de la infancia”.

El Libro de Soledades, retrata la indagación en sus galerías del alma, indaga en el recuerdo y en los sueños, que aparecen como figurillas de un retablo, o como figuras sobre un lienzo. Evoca el limonero de su infancia, la noria los cantos de los niños, que siempre llevan la melancolía a cuestas. El retablo, el lienzo de los sueños, el espejo y las galerías, la hora de la tarde, serán los símbolos que aparecen en estos poemas.

En el Libro Campos de Castilla, Machado abre el libro con su Autorretrato, donde se define como persona, su lado amoroso, político y estético, adivinando premonitoriamente su ejemplar final:

Me encontraréis a bordo, ligero de equipaje,
Casi desnudo, como los hijos de la mar.

como ya hemos dicho se enfrenta a las tierras de Soria, adustas, sobrias, sencillas, que despiertan también su paisaje espiritual. Sin embrago conoce sus defectos, la España profunda y cainita que ya adelantaba en el “Recuerdo infantil” de Soledades y muestra de ello es el romance de Alvargonzález
La Intrahistoria unamuniana, está desvelada en los poemas machadianos, en el gran poema Tierras de Soria o a Orillas del Duero.

En muchos de los poemas aparecerá LA TARDE, a la que matizarán los adjetivos (tarde clara casi de primavera; tarde lenta del lento verano; tarde triste y polvorienta; triste tarde), momento predilecto en la poesía machadiana, como símbolo del ocaso de la vida, de la monotonía y la repetición, del encuentro de Machado consigo mismo. Y en muchos irá Machado conversando consigo mismo (Converso con el hombre que siempre va conmigo), con la fuente, con la tarde, con la sombra.
Entendía Machado La POESÍA como el diálogo de un hombre con su tiempo; como la palabra en el tiempo. Definía la rima como el recuerdo de un sonido que ya apareció. Y Ya sabemos como desearía dejar su verso, pues nos lo confiesa en las estrofas de su AUTORRETARTO.

De los otros libros, Canciones y proverbios, nos quedaríamos con su gracia en las sentencias, gracia que siempre desplegaría su hermano Manuel y que él reserva para estos aforismos y cantares o para las anécdotas de su profesor apócrifo Juan de Mairena.

Machado pasará a la historia de la Poesía española como maestro de poetas del siglo XX, modelo y seguimiento que propagarán intensamente los poetas de la Generación del 50 en la Posguerra, y los Cantautores de los años 70.

Ver poemas en: Textos de Rubén, Machado, J.RJiménez

Como el año pasado en Junio (PAU Junio de 2014 ), a propósito de un texto en prosa de Rosa Montero, se decía que Unamuno era un poeta de la Generación del 98 y que se hablara de él y de esa Generación, y dado que en el libro de texto apenas hay dos líneas de la POESIA de Unamuno, os añadiré algo por mi cuenta.

Su obra poética constituye, como gran parte de su obra en prosa (artículos, ensayos o novelas), una biografía de su espíritu, con sus anhelos y sus desgarros (temas como la inmortalidad, el hambre de Dios, la angustia de vivir...). Por tanto una poesía marcada en el más puro estilo noventaiochista, lejos del preciosismo modernista (¡ojo con lo que pone el libro de texto!)

Es lo que podríamos ver si leyéramos Poesías (de 1907), Rosario de Sonetos líricos (1911), El Cristo de Velázquez (Poema de más de dos mil endecasílabos blancos,1920), Romancero del Destierro (1928) o el Cancionero Póstumo.

Por un lado, tenemos su énfasis en los poemas exclamativos, sentidos, como algunos versos del Cristo de Velázquez o los del Cancionero; Por otro tenemos un verso, que alejándose de la estética modernista quiere más parecerse a la nueva tendencia de verso extendido, sobrio, casi prosaico, que recoge tan solo los devaneos de su pensamiento.

Si alguien quiere ampliar más sobre este punto, puede hacerlo acercándose a esta página:  http://jaserrano.nom.es/unamuno/poes.htm


JUAN RAMÓN JIMÉNEZ (Moguer 1881-P.Rico 1958)
Juan Ramón nace un 23 de Diciembre, jugando con esta fecha, cuando escribe sobre él dice “Cuando yo era el niñodiós, era Moguer, este pueblo,/una blanca maravilla; la luz con el tiempo dentro/Cada casa era palacio y catedral cada templo;/estaba todo en su sitio, lo de la tierra y el cielo” , poema recogido en Ríos que se van (1953)

Vivió Juan Ramón en Moguer su infancia, y caminaba por la calle con Juana la demandadera, extasiándose en la luz al irisarse en las ventanas, en el olor de las flores, en lamañana dorada, en el sonido de las campanas. Toda ese deslumbramiento está recogido en sus libros Elejías y Platero y Yo (1906) Marcha luego a Sevilla a estudiar Derecho, que no concluirá. En 1900 es llamado por R.Darío y Villaespesa a Madrid, para”luchar por el Modernismo”. Muy lejos de la evasión, la poesía de fin de siglo esgrime la belleza como un acto de rebeldía, contra la excesiva confianza del positivismo en la razón, y a ello se suma Juan Ramón.

La raíz de la que surge la Poesía Juanramoniana no cambia, pero sí evoluciona. Siempre autocrítico, sabe de la inautenticidad expresiva en sus primeros libros :. Ninfeas y Almas de violeta. Una estancia en Francia y la lectura de Verlaine le llevan a Bécquer, de lo que estarán llenos sus siguientes libros: Rimas, Arias tristes y Jardines Lejanos, la búsqueda de la palabra que le franquee la entrada a lo desconocido que hay dentro (el yo más íntimo) y fuera (el misterio ontológico del universo) de uno mismo. La muerte es la compañera obsesiva en estos poemas, el sentimiento de tristeza, recuerdos –algo indefinido y vago- sentimientos, sensaciones al contemplar la naturaleza.

Pero en 1904 regresa a Moguer, ha formado grupo en Madrid (Villaespesa, Darío, los Machado), desde el sanatorio del Rosario, pero desaparece la revista Helios y escribe a la edit. Renacimiento diciendo que el grupo se dispersa, se retira a Moguer, “el pueblo es intuición y va a olvidar y a aprender en el olvido”, entre 1905-12 toda su escritura está marcada por el ensayo de nuevas posibilidades para su escritura: Pastorales, Baladas, Elejías, diálogos con la Naturaleza hasta llegar a Platero y Yo (1912), el mundo interior aspira a lo eterno e inmutable, mientras que el mundo exterior, definido en la mutabilidad y el cambio, contradice dicha aspiración.
Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros cantando;
y se quedará mi huerto con su verde árbol,
y con su pozo blanco.

Todas las tardes el cielo será azul y plácido;
y tocarán, como esta tarde están tocando,
las campanas del campanario.

Se morirán aquellos que me amaron;
y el pueblo se hará nuevo cada año;
y en el rincon de aquel mi huerto florido y encalado,
mi espiritu errará, nostalgico.

Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol
verde, sin pozo blanco,
sin cielo azul y plácido...
Y se quedarán los pájaros cantando.

AVIDEZ DE ETERNIDAD( 1914-1923), la visión sicologicista de la primera poesía juanramoniana, cede el paso a la nueva dimensión ética y metafísica, necesita reinventar “el nombre exacto de las cosas”, que le haga visible la verdadera y profunda dimensión de las cosas, la poesía se convierte en tarea descifradora de dicha dimensión, una Poesía en la que la exigencia de desnudez se hace extensiva a todos los niveles (fónico, rítmico, léxico, temático) , se esfuerza por dejar fuera del poema todo aquello que pertenece al ámbito de lo circunstancial, libre de toda contextualización: 
                                       
                                        ¡Inteligencia, dame
el nombre exacto de las cosas!
… Que mi palabra sea
la cosa misma,
creada por mi alma nuevamente. 5
Que por mí vayan todos
los que no las conocen, a las cosas;
que por mí vayan todos
los que ya las olvidan, a las cosas;
que por mí vayan todos 10
los mismos que las aman, a las cosas…
¡Inteligencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas! ( de Eternidades)

La poesía de Juan Ramón Jiménez adoptó un tono más intelectual, conceptista y abstracto. En realidad, no puede decirse que dejara de ser modernista (toda su vida creyó serlo) o que abandonara el simbolismo, que era su principal fuente de inspiración poética y, en sentido profundo, la raíz de su visión del mundo.

La madurez llega con el libro de DIARIO DE UN POETA RECIÉNCASADO (1916), donde no contento con romper moldes poéticos y estructuras métricas, mezcla verso y prosa. Prosa que tienen tanto contenido lírico como la mejor poesía. (ver los textos analizados de “Las iglesias, Primavera en N:York y La negra y la Rosa”).
Su diálogo con el mar, sigue siendo la tarea por encontrar a través de los nombres la verdadera realidad:

Te tenía olvidado,
cielo, y no eras
más que un vago existir de luz,
visto -sin nombre-
por mis cansados ojos indolentes.
Y aparecías, entre las palabras
perezosas y desesperanzadas del viajero,
como en breves lagunas repetidas
de un paisaje de agua visto en sueños...

Hoy te he mirado lentamente,
y te has ido elevando hasta tu nombre

El Diario no es el resultado de un autoanálisis, sino de una contemplación

La tarea del poeta es la aquilatación y mejoramiento de las visiones ofrecidas por los saberes convencionales: “acabar el saber”. Lo propio de la poesía es revelar los misterios últimos del hombre y del mundo, que, por su naturaleza espiritual, se consideran fuera del alcance de la razón convencional. Son suprarracionales (la Razón Infinita de los filósofos idealistas del XIX) y sólo por medios que vayan más allá de los racionales pueden ser captados por la conciencia. Ese es el papel de la poesía.

El poeta tiene un papel especial en el mundo, porque es un individuo dotado de una especial sensibilidad (hay, incluso, un fondo darwinista en esta línea de pensamiento poético) que le permite ponerse en contacto con ese espíritu universal. Aquí se ve también cómo Juan Ramón Jiménez continúa una tradición modernista, simbolista y romántica (recordemos el verso de Rubén Darío: “¡Torres de Dios, poetas!), cuya última raíz en nuestra cultura está en Platón y su consideración de los poetas como mediums de los dioses.

Los libros finales de J.Ramón Belleza, La Estación total, Animal de fondo, En el Otro costado y Dios deseado y Deseante siguen “su obra en marcha” , los materiales irracionalistas –el sueño,, la fantasía, lo instintivo- de la primera poética siguen teniendo validez en la estética presente, no puede hablarse de intelectualización del poema, , sino que lejos por igual del racionalismo y del irracionalismo, se afirma el valor del arte como iluminación que da cuenta de la vida inconsciente, que incorpora los materiales del mundo interior en unos “entramados de sentido” que se configuran como conciencia. La poesía puede definirse como “un venir a ser yo cada día, una nueva visión y una nueva expresión de mí mismo y del mundo que yo veo. En la estación total dirá: “vivir es fundir una conciencia inmortal, para así burlar a la muerte, en tanto que morir es solo abandonar la forma del hombre, metamorfosear la conciencia, para fundirse con la consciencia absoluta del cosmos.

El papel de Juan Ramón J. en la literatura es haber sido el primero en liberar al verso de las ataduras tradicionales, fundir verso y prosa. Haber cultivado la belleza en el adjetivo y en el sustantivo que esencializa las cosas. Haber conjugado el Romance lírico (Machado lo había hecho con el épico y Lorca lo hará con el Romance dramático, según Alberti) con la más novedosa y difícil poesía nueva.
Él dirigirá la Residencia de Estudiantes (que había fundado A. Jiménez Fraud, allí vivirán los jóvenes del 27, para los que será su maestro (ya veremos el amor-odio de Cernuda), allí dirige las revistas Índice, Sí Boletín Bello español, La revista de la Residencia, donde los jóvenes poetas van publicando sus obras.

En 1936, antes de que estalle la guerra, marcha voluntario al exilio, vivirá en P. Rico, La Habana, EE:UU, y morirá en P. Rico, en cuya Universidad trabajaba y a la que legan Zenobia y él,  gran parte de sus manuscritos  y su archivo. Murió en 1958 dos años después de Zenobia, sus restos serían luego trasladados a Moguer.

Hoy en Moguer, hay también un buena fundación, que cuida su obra.

Ver poemas en : Textos de Rubén, Machado , J.R.Jiménez




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